La carretera que conduce a la casa de Edelmiro Estévez ‘Mirinda’

Edelmiro Estévez tiene 15 años y una bicicleta. Son las siete de una mañana cualquiera en las carreteras de León. Edelmiro y su compañero de entrenamiento salen a dar pedales. A muchos años de distancia se dibujan las escuelas de ciclismo, la realidad de hoy solo es asfalto gris y sudor. Transita Edelmiro por las categorías inferiores hasta aficionados, en Galicia, Asturias, País Vasco. Mantiene el ritmo hasta alcanzar el sueño de convertirse en corredor profesional. De aquella época debe nacer su apodo, no había entonces ciclista que no fuera conocido por el mote. En una salida junto a José Manuel Fuentes, ‘Tarangu’ le señala a ‘Miro’ la estela anaranjada en la avioneta que sobrevuela sus pedaladas. Trae un mensaje que el cántabro traduce al idioma común de ambos. Miro, Miro… Mirinda.

De profesional a aficionado 

Edelmiro Estévez tiene 24 años y una bicicleta. Participa, junto a sus compañeros del equipo ‘La Casera’ en la Vuelta a Segovia. Será su segunda y última carrera como profesional. Desde lo más alto, confundido tal vez en su propia grandeza, Federico ve marchar a ‘Mirinda’.

Se celebran muchas pruebas en la categoría de aficionados, sobre todo en el norte. Edelmiro gana, con 25 años, más dinero que algunos corredores profesionales, que pagan de su bolsillo la aventura en el máximo nivel. Nuestro hombre se casa y tiene hijos. Mientras compite en las vueltas para aficionados, trabaja. Edelmiro tiene un trabajo ‘normal’ fuera de las carreras. A veces, en su paso de un lugar a otro siguiendo el calendario ciclista, pausa su carrera para darle un beso a su mujer y a sus hijos. «Pregúntale a Jorge». Muchos años de despedidas y encuentros fugaces después, ‘Mirinda’ cuelga la bicicleta.

El Blayan

Edelmiro Estévez tiene un bar en la calle Soto, la calle con más bares del barrio con más bares de Valladolid. En La Rondilla, para la gente joven. Tras la barra se cierra el telón de la carrera ciclista de ‘Miro’. En el momento de su jubilación, casi ha olvidado cómo se monta en bicicleta. Solo la promesa que le ha hecho a Paula le devuelve a las dos ruedas. Derrotado el dragón que encerró a «la princesa del abuelo» en lo alto de la torre más alta de algún castillo tenebroso, y ante la mirada perpleja y escéptica de sus más allegados, el caballero Edelmiro sale de Valladolid hacia Galicia. Completa el Camino de Santiago en bicicleta de montaña, un artilugio que le resulta extraño, al que debe acostumbrarse de nuevo. Los frenos, la dirección… ‘Miro’ aprende a andar en bicicleta. Hoy continúa aprendiendo con Paula, una niña que «nos da lecciones a los mayores».

Santovenia

«Ahora es cuando más estoy disfrutando de la bicicleta». Sale los martes, jueves, sábados y domingos con sus compañeros de grupeta. Viejos amigos, Lozano, San José… En Santovenia comparte pedaladas con Roberto, del Club La Amistad. También con su hermano, del Club Ciclista Parquesol. Entre todos ponen en marcha el homenaje a ‘Mirinda’ de 2016. Edelmiro destaca la ilusión y el trabajo de Roberto, «está haciendo una gran labor con el deporte en este pueblo». 

Roberto es el alcalde de Santovenia. Un apasionado del ciclismo que convoca este domingo a sus vecinos y a todos los ciclistas a la VII Bicicletada. A las 12 de la mañana en el Parque ‘El Remuel’ de Santovenia, «por una carretera digna y con carril bici». La carretera que lleva, desde Valladolid, a la casa de Edelmiro Estévez ‘Mirinda’ .

Mañana, más información sobre la II Marcha Homenaje a ‘Miro’ y la labor del ayuntamiento de Santovenia en favor del ciclismo. 

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