Tráfico fluido por los caminos de Viana de Cega

Por encima de las condiciones meteorológicas, de la lluvia, el frío y el barro. Sorteando cambios obligados de recorrido. Dejando en la cuneta otras pruebas con más nombre y misma fecha, ansiando tal vez un calendario que evite coincidencias y ayude a este deporte. Perdonando al voluntario que miró su móvil en vez de indicar el camino correcto. Agradeciendo, en el fondo, su presencia en los cruces. Hurtando el tiempo a la familia. Cruzando la provincia en su coche o haciendo un corto viaje desde la capital en esta nublada mañana de domingo. Hoy es Viana de Cega, mirad, ya van llegando los ciclistas. La pequeña plaza del pueblo absorbe todos los colores. Hola Javi, cuánto tiempo… Abraham, de http://www.runvasport.es coloca las vallas de la salida. Rubén, Nacho, Jesús Marchena, así hasta casi 200 participantes. El café es cosa de Alfonso, el veterano.

Orlando

David, el técnico del ayuntamiento de Viana de Cega, me presenta a Orlando, mi guía en esta prueba. Subimos al todoterreno poco antes de que salgan los ciclistas y avanzamos levantando el agua de los charcos hacia Las Hórneas, donde mi compañero asegura que se pueden hacer buenas fotografías. En el trayecto por los pinares, llama nuestra atención un montón de neumáticos de coche abandonado en un claro. Unos metros más adelante, escombros de alguna construcción, piedra, yeso, ladrillo, esparcidos a ambos lados del camino. Orlando lamenta que haya personas que no sepan distinguir entre un pinar y un vertedero. 

Las Hórneas

Orlando no sabe decirme el motivo del nombre, pero ha acertado en lo de las fotos. Una pasarela de pinos abraza a los participantes en esta especie de monte bajo. A lo lejos se ven claramente las construcciones del barrio de Parquesol, más a la izquierda el Duque de Lerma. El terreno está húmedo aquí, tierra blanda, pero acabamos de empezar y el barro no ha tenido tiempo de trepar por las ruedas y los cuadros. Javier Aguado comanda el grupo de cabeza. Pasa Álvaro, de Peñafiel, Rubén Canutillos… y el resto de ciclistas. Las diferencias entre el primero y el último no son, a estas alturas, muy grandes. 

Puente Duero

Vemos llegar a los participantes que partieron de Viana de Cega por un estrecho pasillo de hormigón pegado al puente, hacia abajo, para tomar un tramo corto de asfalto que los devuelva al barro y el pinar. La carretera requiere la presencia de la gente de Protección Civil, que regula el paso de los vehículos en este punto de entrada y salida del pueblo. Con prudencia, los ciclistas toman la bajada en rigurosa fila de a uno. Algunos tiran de freno, otros más hábiles se lanzan sin miedo hacia adelante.

Llega el turno de un hombre vestido de negro. Viene deprisa. Durante una fracción de segundo, dudo si decirle que es mejor frenar, porque tampoco tengo claro que sea la mejor opción. No es la primera vez que me pasa algo así, por norma no suelo hablar ni hacer ninguna indicación, confiando siempre en la pericia y mayor conocimiento del que viene dando pedales, pero a veces queda una sensación incómoda: la de no haber evitado lo que está a punto de suceder. El hombre vestido de negro frena. La rueda trasera patina en el hormigón mojado y derriba al ciclista que, por instinto, carga su peso sobre la pierna izquierda. Cae al suelo. Grita, dolor caliente en el tobillo. Maldice su confianza en el buen estado del piso. Acierto a preguntar si se ha hecho daño. Más que ayudar, acompaño su gesto al levantarse y retiro la bicicleta para no estorbar a los demás, que siguen llegando. Pablo se sienta, dolorido. Son los chicos de Protección Civil los encargados de atenderle. Pablo es de Viana de Cega, así que Orlando carga su bici en el coche y le ofrece el asiento trasero para volver a casa. Pablo duda, se incorpora y trata de caminar. Da unos pasos, con dolor, sin problema. Pablo no va a venir con nosotros. Vuelve a su pueblo en bicicleta. 

Pablo cae en la Marcha BTT de Viana de Cega

La caída de Pablo en Puente Duero

Una pena

El todoterreno de Orlando tiene su nombre, el del coche, impreso en el salpicadero. Leo «Acémila veloz» y me río con la explicación de su dueño. A bordo de este vehículo, que ha cargado con todo tipo de mercancías, a cual más diversa, damos un rodeo dejando el pinar a un lado, mientras Orlando saluda a los vecinos que encontramos a nuestro paso. No avanzamos mucho, hasta el inicio de una zona de pinar precedida de un repecho con canto suelto. Nada más subir, lo veo. A mi derecha duerme, dueña del tiempo, lo que en su día fue la mesa de algún bar, con el agujerito en el centro para encajar la base o la sombrilla. El desvaído de las letras de color rojo me indica los días que lleva este círculo de plástico conviviendo con los pinos, la tierra y la piedra. También con la multitud de bolsas, cartón, latas y desperdicio que jalonan todo el camino. En ningún momento pasa por mi cabeza la idea de recoger la mesa y llevarla a un contenedor, en el pueblo. Decirle a Orlando, «vamos a cargarlo en el maletero y nos lo llevamos». Mientras escribo esto, la mesa sigue allí, seguro. Junto al resto de… Una pena.

Una alegría

Pasan tantos ciclistas que casi hay que ceder el paso. Sin dorsal, cuesta abajo. Por la carretera vecina, con sus ruedas flacas. Y hacia arriba, los participantes de esta Marcha BTT Ríos, Montes y Pinares de Viana de Cega. «Todos estos caminos los han hecho los ciclistas», asegura Orlando. La mañana, perfecta respecto al clima, se presta a la salida de toda la gente que sufrió, en casa, la lluvia y el mal tiempo hasta hoy. Los ciclistas han retomado su afición con fuerza.

Viana de Cega

Ya está la gente tomado posiciones para degustar la paella del final. Veo a Javier Martín, «Xavi», a Víctor, por ahí anda Coque… Javi Aguado me informa: «Hemos entrado los tres juntos, Félix, Alvaro y yo». Ahora recuerdo que ví pasar a Miriam, que charlé un rato con Reyes Domínguez («Vamos a preparar un equipo femenino para la contrarreloj de Cantalejo») y que saludé a Lina durante el recorrido. Que hablé con Nacho y con Jesús Marchena. Que después no volví a ver al de Medina. Que espero encontrarme con todos en Mojados este domingo.

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