Los ciclistas de la comarca de Medina marcan la diferencia en Nava del Rey

–Hola, César, ¿quieres un café?– pregunta Óscar

– Sí, uno solo.– La confianza me impide decir un «gracias» o algo. 

Hace tres años no sabía nada de Nava del Rey. Cuando digo nada, es que no sabía ni por dónde se iba desde Valladolid. Ahora le recomiendo este pueblo a cualquiera que tenga la paciencia de escucharme. No es muy grande, más de 2.000 habitantes y mucho ciclista. Una torre en la plaza, parecida a las de Alaejos, y unos soportales donde tomar un café en paz, sobre todo a esta primera hora de la mañana. Charlar sin necesidad de gritar. Escuchar. Está cerca de Medina y de Tordesillas. En la provincia de Valladolid, en Castilla. No te despistes.

Miguel, el carnicero

La plaza está en obras, este año la salida de la marcha Ranciobike se da en la calle paralela, al otro lado de la iglesia. Miguel aparca cerca el coche rojo. A lo lejos se divisan las cuatro cabecitas inquietas que van a ocupar el asiento de atrás en nuestra particular travesía por los caminos de Nava del Rey. Se acerca la hora, las chicas del Ranciobike ocupan su lugar al frente del grupo de ciclistas. Ya llega Marga. David enciende la mecha. Casi 300 participantes comienzan a rodar.

La cuadrilla de Nava

Avutardas levantando el vuelo a nuestro paso, cigüeñas, alguna liebre por tierras que tal vez no se cosechen este año. El grupo se va estirando en estos primeros kilómetros de relativo control, antes de llegar al tramo libre. Alcanzamos una zona de trialeras nueva en esta edición, con una buena bajada para las fotos. Los niños juegan mientras esperamos, se pelean, rompen ramas. Siempre a la sombra de los pinos. Miguel indica el horizonte, por donde se mueven los vehículos que preceden a las bicis. Pasan los primeros ciclistas. Vamos al avituallamiento.

Mariano en la cuesta del Aya

Aunque los niños quieren parar, Miguel sabe que ya vamos muy justos para pillar a los primeros en Los Fumacales, la subida emblemática de la marcha. «Este David es un cabezota, se ha empeñado con ese nombre, pero esto se ha llamado siempre cuesta del Aya». Mariano Rodríguez llega a los pies de la cuesta en solitario, no mucho después de los primeros en pasar. «Voy muy mal César, me duelen las piernas, me duele todo». Medio minuto después de hacer estas declaraciones, en plena subida, alcanza la cima en su bici, dando pedales, entre los gritos de júbilo de los voluntarios.

Turrado y Marchena

Jorge y Jesús son los ciclistas del título. A partir de la subida de nombre controvertido, marchan juntos por delante en busca del jamón que cuelga de la ermita de La Concepción. Del grupo que se disputará el premio, han salido, marcando el ritmo inicial, Óscar Villegas y Javier Aguado. Esa cadencia es la que necesita Jesús para ponerse por delante junto a Jorge. A relevos, toman distancia del grupo. Jorge cae en el paso por un arenal. Marchena sabe que queda un mundo, caminos llanos y técnicos, llenos de huecos que cavan las liebres. Espera a Turrado, al que conoce «de toda la vida». La compañía beneficia a ambos y el dúo de medinenses se planta primero en la curva de subida hacia la ermita. Negro contra verde. El de Menade lo cuenta así: «Yo iba con muchas ganas, llego bien al sprint, así que nada más pasar la curva, bajo piñones y me digo… ¡A partir la cadena aquí!».

Jorge no llega a esprintar a su compañero. Al iniciar la subida, es cierto que Jesús impone un ritmo que no muchos hubieran sido capaces de seguir, pero da la impresión de que Jorge se da por satisfecho y no lo ataca. Primero en la contrarreloj del sábado y segundo en la marcha, un gran fin de semana en Nava del Rey para el noble corredor de Medina del Campo. 

Unas palabras de Hugo

Como final de una buena mañana, encuentro en los soportales con Hugo Cabrero Gila, el segoviano que recorre las marchas de la provincia de Valladolid con su maillot verde y negro de Cabezuela Bike. Su primera vez en la Ranciobike de Nava del Rey. «Me ha encantado esta marcha, muy ameno el recorrido, más desnivel que en Medina… Una pasada, buen avituallamiento, gente con agua en los cruces… Por 12 euros es una ganga». Bueno, creo que Hugo lo ha resumido bastante bien. Si alguno de los participantes lee esto y quiere expresar su punto de vista, que envié un correo con sus impresiones a revista2ruedas@gmail.com y las incluiré en este mismo texto.

Isaac Castreño

Después de leer tu artículo y haber estado en la marcha, la sensación que me da desde fuera es que son un gran grupo de amigos que disfrutan haciendo lo que más les gusta, y aún disfrutan más viendo como las personas que participan en la marcha nos sentimos reconfortados. Gracias al esfuerzo y el trato que nos dan desde la organización y el enorme trato recibido por los voluntarios en todo momento. 

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