Espera Alfredo, no me cuentes nada, que ésta me la sé. Se parece mucho al recorrido de la Copa Máster de hace una semana, combinado con lo más duro del Gran Premio de Mojados. La tercera etapa de la Vuelta a Valladolid decide a los vencedores en una jornada de ciclismo que participantes y público van a a recordar.
Auditorio Miguel Delibes
El cubo de cristal y acero, de madera donde se juntan las notas de la guitarra de Vicente Amigo con la trompeta de un valhondo, recibe a los ciclistas en esta tercera etapa de la Vuelta a Valladolid. Restan 130 kilómetros, los más movidos, a priori, de la carrera.
Algo suave
Para empezar, los chicos del Velo Club Delicias proponen un paseo por la Avenida de Salamanca de Valladolid. Saludar a los conocidos en las aceras, animar. Se trata de una maniobra de distracción, no os dejéis engañar, para lo que va a suponer el recorrido de esta última etapa de la Vuelta.
Vayamos, sin prisa, hasta la meta volante de Villanueva. Bajada a la fábrica de quesos Campoveja, Meta Volante de Serrada, kilómetro 31,5. Llega un tramo llano que conduce a… si has pensado Mojados, premio. Meta Volante. Se acabaron las contemplaciones.
Algo salvaje
Qué bonito es Mojados, con su iglesia, la gente en las calles… qué dura es la subida de La Garganta, más allá de Megeces. El público que quiera ver caras de esfuerzo y dientes apretados está invitado a este tramo. Al lado de Íscar.
Ahora no hay manera de escapar, si has llegado hasta aquí el siguiente paso es cruzar el Arco de Portillo, la cima ‘Ángel Lozano’. Más gente, más gritos de ánimo, más porcentaje.
Algo más
Hay que recuperar. Se anuncian unos 30 kilómetros de llanura castellana para tomar aliento. Vamos tranquilos, por favor. Eso que se ve a lo lejos es Simancas. Tiene una subida, dejando la villa medieval a la izquierda, que merece la pena. Se va a hacer larga, porque ya llevamos casi 100 km en las piernas. Si los máster 30 han coronado, un junior, en la tercera etapa de la Vuelta a Valladolid, tiene que hacerlo.
Espera Alfredo, no me cuentes nada, ahora viene la subida de Robladillo. Muy duro, esta subida no se acaba nunca. Y faltan apenas 15 kilómetros para la meta. Si has llegado hasta aquí, mereces estar al lado del cubo de vidrio y acero, atravesar el arco de meta del Auditorio Miguel Delibes y celebrar tu participación en la XVIII Vuelta Ciclista a Valladolid.
