Entre majuelos viven los caminos de Serrada

La bandera agitada por el viento, allá arriba, ha perdido su color. Los caminos entre majuelos delimitan los enormes polígonos de viñedo. Desde aquí arriba da la impresión de que el terreno se ha moldeado con un peine imposible, alineando los cultivos en rectas hileras, todas idénticas en longitud y propósito.

Los caminos no tienen bandera porque no pertenecen a nadie. Hasta que un día te encuentras al lado de la garita, en el peaje de cualquier autopista, y la poesía desaparece… Pero en estos caminos sin asfalto, que nacieron hace mil años para unir a los habitantes de la comarca, no hace falta cartera. Entre majuelos o rodeados de pinos, con el piso duro de piedra suelta o arenoso y resbaladizo, reciben hoy en silencio a los ciclistas.

Los caminos, considerados como seres vivos, requieren cuidados y reclaman respeto. Hay organismos públicos, de diversa índole, encargados de preservar y acondicionar estas vías para el uso y disfrute de los ciudadanos. También de los ciclistas. En estos tiempos de confusión y ruido, las autoridades parecen empeñadas en restringir el paso de las dos ruedas por los senderos, quieren enviar a ciclistas y paseantes a las pistas anchas para evitar, argumentan, el deterioro que ocasiona tanta gente pasando por el mismo sitio. Parece ser que, de momento, los tarados mentales que se dedican a poner trampas en los caminos no constituyen amenaza alguna para el medio ambiente.

Si esos senderos de los que hablan siguen vivos es gracias, precisamente, al uso que le dan ciclistas y caminantes, al paseo diario del vecino por el monte, a los niños que atraviesan la senda en sus juegos. Entiendo la intención de regular y conservar, no puedo compartir la prohibición. Apelo a la responsabilidad de cada uno, a su compromiso con la tierra que pisa. Íscar, Mojados, Pedrajas… ¿No son los propios ciclistas los encargados, muchas veces, de acondicionar y cuidar los caminos que recorren en sus rutas?

Más allá de las opiniones de un recién llegado, existe una organización, a nivel mundial, que conjuga la defensa del ciclista como usuario de caminos y senderos naturales con la conservación y señalización de los mismos. Se llama IMBA y esta es la página web de su sección española:

https://www.imba.com.es/

Serrada entre majuelos

Julio lleva en ‘esto de la bici’ poco más de un año, pero creo que conoce las rutinas básicas de estas marchas de BTT para aficionados, sin ánimo competitivo. Nada más llegar a la plaza de Serrada, le asigna vehículo a los fotógrafos para, minutos después, responder con seguridad a las preguntas de Jesús, el speaker de http://www.runvasport.es esta mañana. Recorrido, avituallamientos… Los maillots verde fósforo de Castilviejo Seguros comparten espacio, bajo el arco, con Goyo y los hermanos De Frutos, con la Asociación de amigos de Jesús Negro. A las 9:15, María los ve partir orgullosa, junto al resto de participantes. Hacia los senderos del Adaja, Juan, su padre, y su marido Julio. El ciclista.

Fernando Grijalba

La bicicleta como puente entre generaciones, como nexo común. El hombre de pelo blanco que me conduce en su furgoneta por esta II Entre Majuelos de Serrada es el padre del Fernando Grijalba ciclista profesional, en Caja Rural, entre otros equipos. Sin preguntar nada, me sitúa en el momento actual de su hijo. Vinculado al ciclismo desde otra perspectiva, se gana la vida a muchos kilómetros de aquí.

Hechas las presentaciones, Fernando va describiendo la ruta de hoy con detalle y precisión. Completó el recorrido hace ahora una semana, muestra el gráfico de tres círculos con los kilómetros, el desnivel y el tiempo empleado. También enseña una gran mancha de color morado en su hombro derecho. Una caída le aparta hoy de la que, como iré comprobando a lo largo de la mañana, es su pasión.

Con el cielo gris y el viento empezando a soplar, nos detenemos a la entrada de un pinar. Suelo de arena, compacta todavía, espera la caricia de goma de las bicicletas. A poca distancia de la salida, la marcha se ha partido, las distancias entre los participantes aumentan y se forman grupos que pedalean juntos. Mucha gente aislada también, algo inevitable en este tipo de pruebas.

El puente sobre el Adaja

Sin señal que lo indique, el viaducto cercano a Villalba dice que por aquí pasa un río. Por el antiguo y estrecho puente, hoy fuera de uso, van a cruzar los ciclistas en esta II Entre Majuelos. Desde la altura, solo la arena en el lecho del río. El agua del Adaja, en este punto, solo vive en la imaginación o el recuerdo.

El puente sobre el río Adaja.El puente sobre el río Adaja.
El puente sobre el río Adaja.

Desde el cruce controlado por Protección Civil de Zaratán, los ciclistas descienden entre pinos jóvenes bajo el viaducto. A través de un trazado, por decirlo suave, poco definido, sortean piedras, maleza y pendiente lateral. Corta subida al puente, donde espera Fernando con una completa relación de tiempos de paso. «Os sacan tres minutos», informa a los segundos en pasar. «Id juntos, formad grupo para alcanzarlos», aconseja a los participantes que navegan en tierra de nadie. Las bromas las deja para su amigo Juan, que hoy forma pareja con Goyo Negro. Dos ciclistas que sonríen por los caminos del Adaja.

La cuesta de la bandera

Impresionante vista de los campos de viñedo y cereal desde la única subida seria de la II Entre Majuelos de Serrada. Ahora llueve, ahora no, pero el cielo se oscurece a escasos cuatro kilómetros del fin de la marcha. Viento siempre, recibe la cuesta al primer grupo, con Álvaro, maillot de Repuestos Saez NMR. El de Peñafiel abre la subida junto a otros cuatro ciclistas, entre los que figura Chechu Álvarez, del RCT Ribera Arroyo. Descolgado aparece, poco después, Felix Domínguez, dando paso, en cortos intervalos de tiempo, a los participantes de la versión larga de la marcha. Llueve cuando María y Fer comienzan la subida. Algunas risas y un par de caballitos después, tres componentes del RancioBike de Nava del Rey para, casi, cerrar la prueba.

Seguimos el color rancio hasta la línea de llegada. El tiempo no acompaña, el viento sopla y la temperatura ha bajado, son pocos los que aguantan en esta bonita Plaza del Milenio de Serrada. Entre ellos, la gran familia que son ya Goyo, Juan Pastor, Alfonso, los De Frutos… Adiós Julio, adiós María, hasta la próxima.

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