Mensaje a los chavales (y III). Vuelta Ciclista a Valladolid

Los chavales… el sol me ha pegado fuerte en la nuca estos días y a veces no observo el debido respeto a los ciclistas. El caso es que ellos tienen parte de responsabilidad en el trato que me permito, en las formas, porque me han tratado como a uno más. Por momentos hemos ido muy cerca, por momentos me han hecho formar parte, como suena, del pelotón. Ahora, si me dejan, voy a contar algo sobre la tercera etapa.

Aranako

Había 28 equipos, perdonadme porque voy a nombrar a muy pocos. Quería destacar al club vitoriano porque fueron los primeros a los que abordé el viernes en la Acera de Recoletos. Imaginad a un grupo de chavales de azul, en pantalones cortos, hablando entre ellos. Entonces aparece un desconocido, empieza a preguntar… lugar de origen, qué os parece el calor, dónde os hospedáis. Lleva un estuche pequeño, nos pide la dirección del Facebook, yo no lo uso mucho pero mira, Jorge Subijana. Vale, vas a colgar las fotos ahí.

No ponen ningún inconveniente a que les haga una foto, sonríen, éste es de Agurain, pero el equipo es de Vitoria. A pesar del calor, de que son las 14:13 h y de que tengo mucha sed, merece la pena estar aquí y ahora con los ciclistas.

Avenida de Salamanca

La salida de la tercera etapa, en el centro Cultural Miguel Delibes, nos arrastra hacia una de las vías con mayor tráfico de la ciudad. Pero hoy es el domingo de la XXVIII Vuelta a Valladolid y el terreno está despejado. Sin saber muy bien cómo, o tal vez sí, nos vemos engullidos, Miguel y yo, por el pelotón. Ciclistas por delante y a los lados, se acercan, se alejan. Mientras doblamos hacia el Puente de la Hispanidad, Dani Cavia me llama, desde atrás: «Te reclaman, César». Son los chicos del Fenavin, con los que no he llegado a hablar todavía. Las fotos, claro que sí. Avanzamos unos metros, todavía en marcha neutralizada. El maillot es azul y blanco, Soy Ciclismo, creo. Las fotos, claro que sí. Los chicos de Aranda, Artepref, o puede que sea el maillot de Repuestos Callejo. Salimos de la ciudad, hacia Puente Duero. Arte en Transfer, de León… Las fotos, claro que sí. Están aquí.

Serrada

Un corredor de Corbatas Pindal y otro del Sanse Rotor alcanzan en primer lugar la meta volante de Villanueva. Para el paso por la fábrica de quesos Campoveja, en Serrada, el grupo marcha compacto y estirado, como viene siendo habitual. Los chavales llegan a Mojados clavando el tiempo previsto por la organización. Queda la parte más complicada.

Cima ‘Angel Lozano’

Algunos ciclistas comentaban la importancia de este punto del recorrido en los momentos previos a la salida. Revista en mano, indicaban sobre el mapa. Antes de llegar a Portillo, los chavales del Arcabuco colombiano tensan la cuerda en la subida de La Garganta.

Todavía me da tiempo para hacer la foto de más abajo. En casi todas las cuestas de la Vuelta han estado los mismos. Padres, acompañantes, desde Cádiz… Las madres de los chicos del Ciclos Ebora, desde Badajoz, la gente de Autos Gomis, el Colloto de Oviedo…

El lugar donde más gente se ha congregado en esta XXVIII Vuelta a Valladolid ha vuelto a ser, con enorme diferencia respecto al resto, Portillo. El paraje invita, eso os lo concedo, pero no le resta mérito a los aficionados que animaron el domingo por la mañana en este preciosa subida. Arcabuco otra vez, en un interminable reguero de ciclistas pasando por el Arco.

Cansancio

Más padres y madres en Simancas, animando a los chavales. Bote de agua, sube un poco más arriba, tú ponte aquí, a la sombra. El grupo se ha partido en dos cuando corona la subida. Son dos, tal vez más minutos de diferencia con casi la mitad del pelotón.

Ahora se presentan dos caminos, el fácil y el difícil. Seguir a los corredores hasta Robladillo y confiar en la buena suerte para adelantar y llegar a meta a tiempo. Acomodarse en la evidencia de que estamos en el tercer día y volar a Valladolid por la autovía.

Una foto, venga

Hoy tampoco ha venido mucha gente al Miguel Delibes. Hoy le acepto a Alberto el trozo de sandía que me ofrece. Hoy tengo tiempo para charlar con la gente que acompaña a los chavales, no mucho. Hoy tengo tiempo, después de ver cruzar a Raúl García por la línea de meta, para las fotos. Aparece la madre de Dani, no puedo negarme…

Epílogo de patrocinadores

El apoyo de las instituciones públicas resulta fundamental, casi para cualquier prueba deportiva. El Ayuntamiento de Valladolid, mediante la Fundación Municipal de Deportes, ha sido un año más, uno de los pilares de esta Vuelta.

Los pueblos de paso de la ruta también han contribuido al éxito de la misma. El ambiente ciclista de Portillo, la gente de Mojados, el paso por Valdestillas, la cuesta de Simancas, un día completo en Quintanilla, la meta volante de Villanueva de Duero, la bajada desde Zaratán, la buena gente de Serrada, las calles de Pesquera de Duero, el arco de bienvenida en Valbuena, la entrada por Castrodeza… y la fuente de Torrelobatón. Un montón de apoyos en los pueblos de la provincia.

Las entidades privadas también se han sumado a la labor ciclista del VeloClub Delicias. Presidiendo cada salida y cada línea de meta, el majestuoso arco de lona verde de Caja Rural de Zamora. La Diputación provincial, con su marca Alimentos de Valladolid en las vallas. Bodegas Emina, que acogió a los corredores y a toda la caravana de la segunda etapa. Bodegas Arzuaga, repartiendo su buen hacer a los participantes en el podio de Quintanilla. Los vehículos de Autocyl, pieza principal de la prueba. La Junta de Castilla y León, que es vida. Los chicos de La8, con la cámara de Centeno al frente. Runvasport… qué más se puede pedir. Una Coca Cola, por favor.

El apoyo de las pequeñas y medianas empresas es, en mi opinión, para alabar. Al agua de Montepinos. A Pinturas Broch, a Duero Manutenciones. Al maillot de Nuevos Clastos, a los responsables de Fluince. A los vinilos y pegatinas de Duomo. Al maillot de Hotel Ribera del Duero. A Bodegas Sinforiano. A la gente de Llorente La Esperanza, de Manersa. Al Mesón Quintanilla y sus camareros. A Ribón. A los bares Redondo, El Barrio y Gómez, en Quintanilla. A Cruz de Alba y Bodegas Yuso. Al Bar Tess, Hotel Boutique Fuente Aceña y a Pico Cuadro. A Moto Gas. A Luis Carlos Hernández. A los chicos y chicas que salieron a ver el paso de los ciclistas por Bodegas Salvueros. A Leche Gaza. A Bodegas Sanzoles y a Torremorón. Los Recambios, en Pomauto o en Goyo. A Manyreman. A los restaurantes La Maña y El Cossío. A Desguaces Velázquez. A Bicicletas Santa y Ciclos Cuervas. Al gimnasio Royda. A la gente de Tinlohi.

A todos, gracias por vuestra aportación. Yo, ahora, voy a abrir un melón para celebrar la XXVIII Vuelta a Valladolid. Un melón de Frutas Paula.

Un saludo a todos.

Mostrar botones
Ocultar botones