La máquina del tiempo marcha a pedales en Ataquines

Luces en la autovía, a la altura de Geria. Dejar atrás a dos, puede que tres, coches blancos con una línea discontinua de color naranja. Los voluntarios de Protección Civil de Zaratán avanzan, todavía con tiempo, hacia la I Marcha BTT Las Tres Provincias de Ataquines. A pocos kilómetros de Medina del Campo, el pequeño pueblo recibe a los visitantes en esta fresca mañana de sábado. Ajeno a la temperatura, se afana el personal de http://runvasport.es en la preparación del arco de salida y meta. Ahí está Justino, en manga corta a las 9 de la mañana, desafiando al frío viento, valla, pancarta, saludo. Brilla el sol y Óscar Villegas atraviesa la plaza. Negro y verde, más allá el rosa del Ranciobike de Nava del Rey. Me pregunto dónde se habrá metido Esteve.

Samuel Valero

Dani Cavia se proclamó campeón de España en categoría infantil hace, creo recordar, un par de años. La estrategia del equipo de Castilla y León, aquel día, era lanzar a un compañero de Dani en el sprint final. Las circunstancias de carrera dictaron un desenlace diferente, pero Samuel, el sprinter, volvió a casa con la misma alegría del vencedor. Hoy me lo encuentro aquí, atendiendo a los participantes de la marcha. Mi autoestima sube varios grados, creo que incluso he crecido un par de centímetros, cuando el joven ciclista me reconoce. Recuerdo ahora su cara de concentración en los momentos previos de las carreras de escuelas, el maillot azul y blanco de la escuela de Medina. Repaso mentalmente las fotografías donde aparece junto a Dani, junto a Adrián Sigüenza y Ángel Monje. El saludo, su manera de expresarse, me devuelven al momento presente. Ahora es un cadete de segundo año en el 53×13 segoviano. No se lo digo, pero momentos como éste hacen que el paso del tiempo cobre sentido. Por supuesto, me voy sin hacerle una foto. 

El padre de Samuel Valero

Pregunto a Borja. Muy amable me indica que «andará por ahí, ahora viene». Pregunto a la chica que entrega los dorsales, muy amable me explica que «no lo sé». Ya puestos, le pregunto a Samuel, que, muy amable, me asegura que «ahora vendrá». De repente reparo en un ciclista, vestido completamente de negro, que charla con la mujer que hoy ejerce (gran trabajo, en mi opinión) de speaker en esta I Marcha BTT Las Tres Provincias de Ataquines. Detrás de unas grandes gafas, adivinad el color, me habla Esteve. Todo está pensado y calculado. Sin un atisbo de duda, con profusión de detalles, me describe los dos mejores lugares donde hacer las fotografías. Daniel es el hombre que me va a llevar. Nos acompaña Marina, una joven futbolista de Laguna de Duero.

Una estrecha calle ve partir a los ciclistas. Subo al coche con Daniel y Marina, empiezo a hacer preguntas sobre el campo, el pueblo, entablar conversación mientras llegamos a la primera parada. Antes de bajar me hago con un dato esencial: Daniel es el padre de Samuel.

La cuesta de Donvidas

Ahora ya sé, camino de Muriel de Zapardiel, de donde le viene a Samuel el amor por la velocidad. Nos lanzamos por una pista irregular a las afueras del pueblo y aterrizamos a tiempo de ver llegar a un ciclista destacado, unos 500 metros por delante del grupo principal. Rebasa nuestra posición a un ritmo que no guarda coherencia con las arrugas de su rostro ni, sobre todo, con su pedaleo fácil, demasiado fácil. El segundo quad confirma mi, por otra parte, vaga sospecha. La bicicleta eléctrica ha llegado para quedarse.

La pista es ancha, pero está llena de baches. Con los verdes campos de cereal a los lados, los participantes inician una larga y suave («suave para tí», pensarán) cuesta arriba. Buen firme, un grupo de aficionados animando en la cima, sol espléndido. Hola Albano, cuánto tiempo. Van pasando los ciclistas hacia el páramo. Nos subimos en el todoterreno de Pichi, hacia el pinar.

Maxi Jr en la Huerta del Bao.

La Huerta del Bao

«Ni idea», confiesa Daniel. Tengo la costumbre de preguntar la razón del nombre de los parajes que me llaman la atención. Hoy tampoco ha habido suerte y vuelvo a echarle la culpa al paso del tiempo, que borra referencias y recuerdos. En este punto, avituallamiento líquido, vemos a los ciclistas describir un círculo, primero hacia abajo, después cuesta arriba. La mayor dificultad se llama arena, no me parece que la cuesta sea muy pronunciada. Pinos, la derruida caseta de algún antiguo guarda forestal, restos de una hoguera reciente. Por aquí va a pasar primero el grupo en el que viajan Óscar y Jorge. Ya en meta, será Turrado quien se adelante a sus compañeros de marcha.

Una reflexión desde Pedrajas

Acostumbrado a llegar cuando muchos ya se han ido, me sorprenden las 12:30 h que marca el reloj de la plaza de Ataquines. Empiezo a considerar las ventajas de la propuesta que he tenido la ocasión de valorar hoy aquí: un recorrido fácil, para correr, sin apenas dificultades e ideal para gente que quiera iniciarse en esto del BTT. Este deporte, a este nivel, necesita gente nueva. Esta marcha, con este diseño, se me antoja la mejor oportunidad para esos ciclistas que todavía no se han animado a participar en este tipo de pruebas. No he visto sufrimiento, al contrario, como me decía un participante en plena subida, «estamos haciendo lo que nos gusta, por eso sonreímos».

Hay dos chavales de Pedrajas de San Esteban a los que quiero preguntar, sobre la marcha que se celebra en su pueblo y sobre el día de hoy. Me dan un último argumento para volver a Ataquines el año que viene. «Tenemos que apoyar lo que se hace aquí, en nuestro entorno cercano, participar en este tipo de marchas para que se consoliden». Samuel, Esteve y el resto de voluntarios se merecen una II Marcha BTT Las Tres Provincias.

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