El sol siempre vuelve a salir
Ni una nube. Esta vez los participantes de este exigente XVIII Sofocón Íscarbike pudieron disfrutar por los senderos, arriba y abajo, por la pista y por todo el variado recorrido que habían preparado David y sus chicos sin la presencia de la lluvia.
Un circuito muy técnico que podría dividirse en dos partes. La primera, un contínuo sube y baja que no dio respiro a los participantes. Después, un poco de calma relativa hasta la Cuesta del Burro. Durante casi dos horas pudo verse la hilera de corredores luchando para superar esta subida y, sobre todo, su rampa final, que deparó algunas de las imágenes más espectaculares de la jornada.
Giro a la izquierda y pista hasta la subida que da nombre a la prueba. Tendida pero muy irregular al final. Coronar El Sofocón es el premio tras el esfuerzo entre los estrechos senderos y las cuestas imposibles.
Aunque para premio, la comida final en la plaza de toros. Se olvidó el dolor de piernas entre la abundancia de jamón y embutido, empanada, chorizo y cerveza. Entre mordisco y mordisco, se comenta este Sofocón y ya se piensa en la próxima ruta. El año que viene nos vemos en Íscar.
