Las voces diversas de la II BTT La Páramos de Tordesillas

En un renovado intento por parecer original y provocar en el lector alguna reacción que no sea la indiferencia, hoy toca empezar por el final de esta II Marcha BTT La Páramos de Tordesillas. Cierro los ojos y creo que son las dos menos cuarto, quedan poco más de 30 ciclistas por cruzar el arco de llegada que han colocado los chicos de http://www.runvasport.es y entablo conversación con los encargados de controlar los tiempos:

– He leído lo que has puesto esta mañana en Facebook y creo que te has quedado corto… eran, por lo menos, seis bajo cero.

Abro los ojos. Son las nueve de una fría mañana de diciembre en la Plaza Mayor de Tordesillas.

Corti

Necesito subir en un coche que me deje un rato en el mismo sitio, para ver pasar al mayor número de participantes en esta II Páramos. Fernando Carrasco, siempre atento, me presenta a Javi. Tapado hasta las orejas, que protege con un gorro envidia de muchos habitantes de Moscú, Javier Cortijo ve llegar a los ciclistas, sí, por aquí son las inscripciones. 

En esta ocasión no veremos la salida. Javi decide que es el momento de salir hacia Bercero. Con cuidado de «no manchar mucho el coche de mi mujer», colocamos suavemente a un voluntario en un cruce próximo al pueblo. Ponte el chaleco, colócate aquí mejor, la señal… Empieza ahora una historia que, no por ya escuchada, deja de tener valor. Al pie de la cuesta de Bercero, Corti va desgranando su experiencia vital como ciclista. Escuelas, cadetes, la selección de Castilla y León con Óscar Pujol. «Me pasé quince años con la bici. Después otros 15 ‘en los bares’. Ahora he vuelto a cogerla, por carretera, porque llegué a pesar 120 kg. El camión, comer bocadillos un día sí y otro también… Andaré por los 90 y algo». Enciende un cigarro y maldice al conductor que debería subirnos a la cima de la cuesta. Vamos a pie.

Miguel

«Se van a descojonar cuando nos vean llegar». La verdad es que las risas de los amigos de Javi se escuchan bastante bien en esta mañana de aire limpio aquí arriba. «¿No te acuerdas de nosotros? Yo te llevé el año pasado a Tordesillas». La primera Páramos, cierto, este chaval vino a recogerme. Entre bromas, vemos aparecer a los ciclistas a lo lejos. La subida tiene dueño desde las primeras rampas, porque nadie parece capaz de seguir a un tal Jesús Marchena hacia la cima. Solo Javi Aguado trata de alcanzar al de Medina, demasiado lejos, demasiado tarde. Luce el sol aquí, esto se va calentando.

Cuando se adivina, ahí abajo, al último en pasar, todavía puede verse la silueta de algún ciclista más. Cada uno a su ritmo, como pueden, sudando ya, estorba el exceso de ropa que las primeras horas de la mañana nos colocaron encima, llegan a lo alto del páramo. Un participante madrileño, residente en Valladolid (perdona por no preguntar tu nombre), lamenta haber tomado la salida. Son momentos de frustración, de ira contra uno mismo. «Se me quedan las manos heladas, ya me ha pasado más veces y casi me da una lipotimia…». El sentido común guía al ciclista de vuelta a Tordesillas. No es el único en abandonar. Llevamos 17 km de marcha.

Creo que no hago una foto cuesta abajo desde Dueñas. Aquí está Miguel, cámara, gran objetivo, trípode… «Vamos hacia Velilla, ahí van a bajar deprisa».

Ginebra

Pista ancha de tierra blanca, pinos a un lado, tierra de labor al otro, La Páramos en particular definición. Abajo está el avituallamiento. «Un poco tarde para mi gusto», comenta Hugo. Velilla resplandece ahora. Subir, bajar… Me encuentro con Mario al inicio de la bajada. Muestra un extraño artilugio cuadrado con un círculo negro en uno de los extremos y empieza a hablar mientras fija su mirada en el cristal opaco. Compongo la figura, me ajusto el gorro y trato de que se entienda lo que digo. El resultado podréis disfrutarlo dentro de poco en @chocofuego

Solo veo tres coches. Pánico, dos arrancan y el otro es la furgoneta de Jesús García López, al que saludo, como siempre. Corro hacia el primer vehículo y me subo en el segundo. Hola, soy Germán. Solo cuando entramos en la carretera hacia Tordesillas descubro a la participante más joven de la II Páramos. Ginebra en su trono, como la reina que parte el corazón del caballero Lanzarote, rechaza mi presencia. ¿Será su majestad tan amable de aceptar mi tarjeta? Mira, aquí vas a poder ver las fotos luego:

II BTT La Páramos

Germán

El Arturo de esta pequeña historia, si se me permite la licencia, se llama Germán. Le comento la posibilidad de alcanzar a los ciclistas en la senda del Duero. Hacia allá vamos, paralelos al río. Dudamos de que sea este el camino, pero las cintas no mienten, van a a pasar por aquí. Desciendo del majestuoso carruaje y me despido, agradecido de verdad, de Germán y Ginebra. Poco después vuelvo a verles pasar cerca, tal vez encontraron un lugar mejor para las fotos. «Te estaban buscando» me anuncian los primeros ciclistas del Club de Tordesillas que ya aparecen por aquí.

Lo que no se ve

Carlos Pascual, abriendo la marcha, me confirma que sí, que van a a pasar por aquí. Los primeros, con prisa. No sé describir con palabras el sonido de las ruedas atravesando este asfalto irregular que lleva al arco final. Una especie de zumbido en el silencio de los páramos. Un estilo musical aún por descubrir.

En silencio han trabajado también Justino Asenjo y Fernando Carrasco para que todo salga bien. Detrás de cada curva puede surgir un imprevisto, una señal caída, el error humano. Solucionando en el momento cada pequeño detalle, sin que el participante lo note, la organización de la marcha ve llegar satisfecha a los ciclistas. Esto es lo que me contaron, muy amables, los que atendieron mi llamada en la plaza mayor.

Miguel Ángel

«De Zamora. Muy bonita toda la zona, al final veníamos un poco justos. Es la primera marcha que hago… Mucha subida al principio, si la hacen en sentido contrario morimos todos. La cuesta de Berceruelo, al final, te da la risa.

Unai

«De Vitoria Gasteiz y del Alavés. Me ha gustado mucho, un día muy bonito, el Duero, una gozada el sube y baja del principio. Muy bien señalizado, hasta vino había en los avituallamientos, que algún valiente ya ha bebido, eh. Nosotros sí hemos hecho alguna por allí, aquí el amigo…

Oier

«Sí, yo he hecho la Euskadi Xtreme. Allí igual hay más cuestas, claro, pero los primeros 15 km de esta Páramos son cañeros, muy rompepiernas. A partir de ahí, disfrutar, llano, mucha pista para rodar rápido. Respecto a la organización, no hay mucha diferencia con lo que tenemos allí. Ejemplar.»

Unai (el amigo de Oier)

«Aquí se echa de menos a la gente, que animen un poquito. Hay que apoyar un poco más la cultura deportiva. En Euskadi es muy diferente, se valora mucho el esfuerzo en ese tipo de pruebas, correr, el triatlón… familias enteras animando.»

Roberto

«La tercera marcha que hago, este año he empezado a darle más fuerte. Me ha gustado mucho, tenía mucha variedad. Es durilla, pesada. Hay que pedalear todo el rato, porque si no te quedas en el llano. No había opción a equivocarse, había gente en todos los cruces, o señales».

Pedro

«Salamanca. Tenía ganas de dar un poco de caña. Me ha gustado porque tenía de todo un poco. Es la segunda que hago. Al final casi me equivoco con una señal, a 5 Km de meta. Me he ido de frente… pero muy bien en general.»

Mariano

«Ah, pero… ¿me vas a entrevistar? Yo he echado de menos la lluvia y el frío, si no llueve no funcionamos (risas). Mejor que el año pasado, que estaba húmedo y se pegaba un poco el barro. En estas fechas no cabe esperar otra cosa. Esta marcha… me gusta porque me pilla cerca de casa, conozco a los organizadores y vengo a disfrutar. Lo bueno es después, juntarte con los amigos, tomarte una cerveza y comentar la jugada. Vente, te invitamos».

María

«Pastor Maeso. Soy de Velliza, pero vivo en Valladolid. Me he aficionado hace poco al tema del BTT. Muy bien la marcha, todo pista, echas en falta algo de sendero. Muy duro al principio, pero te deja llegar con el llano de la última parte. Muy bien organizado. Llevaré un par de años haciendo marchas… Le diría a las chicas que se animen, es una manera muy divertida de hacer deporte, lo disfruto muchísimo y se conoce a un montón de gente, yo he hecho amistades, y de las buenas.»

Jorge

Jorge Turrado, para que me entienda la gente. «He empezado muy mal, después ya me ha ido mejor. Me gusta mucho esta zona. Precioso el páramo, lo que pasa es que yo estoy mejor en verano. No, ya no me apetece correr, mucho dolor e ir mucho al fisio. La bicicleta te deja exprimirte más sin forzar tanto, la musculatura trabaja de otra manera».

Jorge y Marchena

«¿Cómo ponerle difíciles las cosas a Jesús? Pues hay que sacarle los ojos antes de las cuestas, subir muy bien y no darle un momento de respiro, porque tiene una salida superexplosiva. Tienes que llegar sacándole de punto…  ¡y  a ver quién le saca a este de punto!

 

 

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