Razones para continuar

La temporada de Elena Díez

Sentarte a escribir el resumen de todo un año no es fácil. Los recuerdos se agolpan y el sufrimiento y los malos ratos parecen desaparecer para dejar que brillen los buenos momentos.

Pero en un año hay de todo. La temporada 15/16, la del cambio. Y de cambios ha ido la cosa. Empezar la universidad, trastocar por completo mis horarios de entrenamiento, el grupo en muchas ocasiones y entrenar sola.

Con todo hice una buena pretemporada y empezaba mi último año de junior con todas las ganas del mundo.

Febrero fue la primera piedra en el camino. Unas semanas sin encontrarme bien, el cansancio invadía mi cuerpo, intentando seguir adelante mientras mis fuerzas parecían no reaccionar, unos análisis darían con el problema, tenía mononucleosis y tocaba descansar. Un gran golpe en un año importante. Llegaba en un mal momento y me hacía perderme la primera competición importante del año, el Campeonato de España de Duatlón, en mi último año como junior.

El polvo, las ruedas gordas, y el bendito “Cerro de las Contiendas” me hacían volver a sentir lo que era un dorsal. Atrás quedaban unos días duros, de ver pasar el tiempo. Volvía feliz y se notó compitiendo. Gran resultado y motivación al carro.

Pero cuando no se ha podido entrenar los buenos resultados son raros, tras el alegron de Contiendas, vinieron las penas de “mis” campeonatos de España de triatlón Sprint y Cross, donde sólo pude arañar una cuarta posición. Con ellos unos junio y julio de no rendir y de decepciones.

Lo que no sabía entonces es que entre esas competiciones una me haría feliz en el futuro. En Madrid me clasifiqué para correr el campeonato de España Élite Absoluto, una razón por la que seguir, por la que soñar, por la que entrenar, y por la que volver a disfrutar.

En agosto, en casa, en el Triatlón de Valladolid, salvé los muebles. Empezaba a dibujar en mi cabeza que las cosas podían cambiar.

Y así fue. En un gran septiembre y en mi debut en un campeonato de España Élite me colaba entre las 50 mejores. Indescriptible sensación, era la recompensa a no tirar la toalla y ser más fuerte que los problemas. Esto, además, hacía que tuviese que alargar la temporada para correr la “Gran Final de Triatlón”, una prueba súper-especial donde sólo corren las 50 mejores de los campeonatos de España.

Y en Pulpí…el colofón. Hacer allí un top-25 es algo que recordaré siempre, pero que además me vale para empezar el año que viene llena de ganas y con la convicción de que la mejor Elena está por llegar.

Por suerte no recorro este el camino sola, cuento con personas que me me siguen en este largo, duro pero satisfactorio trayecto. Estando conmigo en los buenos y no tan buenos resultados A todos ellos GRACIAS.

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